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Nota del editor: Esta es la segunda de una serie de dos partes que analiza la escasez de médicos de atención primaria en el oeste de Massachusetts.
Por casi diez años, Michele Andrews veía a la misma doctora de atención primaria en Northampton y estaba contenta con el cuidado, aunque ella sí empezó a notar que se estaba complicando conseguir una cita.
“Llamabas y tenías que esperar de semanas a un mes...”, dijo Andrews.
Esta no es una sorpresa, ya que las encuestas nacionales demuestran que la oferta de doctores de atención primaria ha caído muy por debajo de la demanda. La Comisión de Políticas de Salud de Massachusetts dijo que la atención primaria está en un “estado de desafío extremo”.
Michele Andrews sabía esto. Pero ella igualmente no estaba preparada para recibir una carta de su doctora a fines del verano.
“...le escribo a informar sobre este emocionante cambio que estaremos haciendo en la práctica interna”, leyó Andrews de la carta. “A partir del 1 de septiembre, se cambia a una práctica a base de membresías médicas”.
Este mecanismo, conocido en inglés como concierge medicine, es cuando un doctor le cobra la tarifa de una membresía anual o mensual a sus pacientes, que siguen pagando copagos de su seguro y deducibles. Pero a cambio de la membresía, el doctor tiene menos pacientes para que sea más fácil conseguir citas más largas y oportunas.
“El segundo párrafo me dice que la tasa anual para unirme será de $1,000 por año para pacientes actuales, y que a parejas les brinda un descuento de $150”, leía Andrews.
“Será $1,500 para nuevos pacientes. Algunos de los beneficios serán citas para el mismo día o para el día siguiente, visitas prolongadas al consultorio”.
Andrews quedó estupefacta — e incluso pensó que era una estafa. Ella llamó a su compañía aseguradora, Health New England, que le dijo que no era una estafa. Según una revista especializada, Concierge Medicine Today, hay alrededor de 12,000 prácticas de membresías médicas en el país.
Andrews y su esposo tenían tres meses para pagar o dejar la práctica. Se fueron. La doctora que envió la carta, Christine Baker, no respondió a las solicitudes de entrevista.
“¿Podemos conseguir un par de miles de dólares? Claro que podemos”, dijo Andrews, 56. “Pero me siento insultada y ofendida y no quiero participar en esto. No hubiera esperado tener que pagar más de mi bolsillo para tener el tipo de cuidado que debería tener con mis primas del seguro”.
“Sabía que tenía que pagar”
Al mismo tiempo, Patty Healy — otra paciente de la doctora Baker — recibió la misma carta pero tuvo una reacción diferente.
“No lo pensé”, dijo Healy. “Sabía que tenía que pagar”.
Como una enfermera retirada, Healy sabía que sería complicado encontrar un nuevo doctor. (De hecho, su esposo — quien decidió no inscribirse en la membresía médica — aún sigue esperando por un nuevo doctor.) Healy estaba dispuesta a pagar por su paz mental.
“Y podría beneficiarme, porque quizás pueda obtener citas antes y quizás pueda pasar más tiempo hablando de mis preocupaciones”, dijo Healy. “En lugar de solo hablar del dolor en mi rodilla derecha, también puedo hablar de mi dolor en el codo”.
"Esto agrava la escasez"
Este es el enigma de las membresías médicas. La calidad de la atención puede mejorar para los que pagan, “pero significa que menos personas tienen acceso”, dijo Michael Dill, con la Asociación de Facultades Médicas de Estados Unidos.
“Entonces cada vez que un doctor hace este cambio, esto agrava la escasez", dijo.
La organización de Dill estima que EE.UU. enfrentará una escasez de 21 mil doctores de atención primaria en la próxima década. Y dijo que el impacto de las membresías médicas es peor en regiones como el oeste de Mass., donde ya hay menos doctores per cápita que en muchas otras regiones en el estado.
“Si tienes una comunidad que no tiene muchos doctores de atención primaria para empezar y uno o dos hacen ese cambio, los vas a sentir”, dijo.
“Me sentí un poco destrozada”
Pero, ¿es justo exigir que los médicos individuales permanezcan en un sistema de salud estresado si pueden servir mejor a sus pacientes en un modelo de membresía?
La doctora de cuidado geriátrico, Rebecca Starr, recientemente empezó una práctica de membresías médicas en Northampton. Por muchos años, ella trabajó con el grupo hospitalario donde los pacientes solo conseguían 15 minutos con un doctor, “y eso no era tiempo suficiente para revisar medicación, menos para hablar sobre problemas agudos, mucho menos para manejar condiciones crónicas”, dijo.
Cuando Starr decidió abrir su propia práctica de atención primaria, ella quería dos cosas: citas más largas y suficiente ingreso para que su negocio funcione. Para ella, eso significa un modelo por membresías.
“Me sentí un poco destrozada", dijo Starr. "Esto es lo que quiero hacer y puedo vivir mi sueño. Pero debo hacerlo de una manera que tengo que cobrar a las personas además de lo que cubre el seguro”.
Starr dijo que el dinero paga para citas más rápidas y servicios extra para sus pacientes. En un tour en su oficina, ella señaló una sala de tratamiento “para personas que vienen y tienen acupuntura o yoga de silla o algo así”.
En otra sala, podrían hablar sobre nutrición después de una cita regular. “Entonces hablamos de jugos verdes, de comer bien bajo presupuesto, de dietas a base de plantas, cómo asegurarnos de que estes consumiendo suficiente proteína”.
Starr dijo que está limitando su carga de trabajo a 200 pacientes, lo que es mucho menos de los 1,000 a 2,000 que tienen algunos médicos. Pero todavía tiene vacantes.
“Claramente hay personas que quisieran unirse y no pueden porque tienen ingreso limitado o porque no es donde pueden gastar ahora”, dijo Starr.
Joanne Rome, de Florence, Mass., estaría de acuerdo.
Rome estaba teniendo problemas encontrando un médico de atención primaria para su madre de 90 años, quien recientemente sobrevivió un infarto. Algunas personas sugirieron la práctica de membresías de Starr.
“Me contacté con ellos y pregunté cuánto costaba, y dijeron $3,600”, dijo Rome. (En nuestra entrevista, Starr se negó a decir cuánto cobra por la membresía.)
Rome y su esposa son retiradas y ella no pensó que podían ayudar a su mamá a pagar la tarifa, especialmente por toda la medicina que toma.
“Solo el copago de sus medicinas es mucho dinero", dijo Rome. "Y yo no sabía sí podíamos manejar $300 al mes para la membresía médica”.
“Es una forma de practicar la autoconservación”
A nivel nacional, las tarifas de membresías oscilan bastante — entre $1,000 y $50,000 dólares por año, según algunos reportes. Pero para muchos, cobrar por una membresía es la única manera de regresar a los días del doctor familiar.
“Es una forma de practicar la autoconservación en este campo que está castigando a pacientes y doctores por igual”, dijo la doctora Shayne Taylor, quien recientemente se mudó desde Tennessee para practicar medicina en el oeste de Mass.
Taylor dijo que muchos doctores de atención primaria están cansados de ver a docenas de pacientes al día, cuando pueden ver a 15 o menos bajo un modelo de membresía.
“No puedo atender a 25 pacientes al día y seguir en esta carrera hasta que tenga 65 o 70”, dijo Taylor. “No va a funcionar. Voy a agotarme antes o dejar la medicina”.
Entonces Taylor abrió algo que se llama una práctica de "atención primaria directa" en Northampton. Es el mismo concepto que las membresías — cobrar una tarifa para ser parte de una pequeña práctica — pero a diferencia de esta, el cuidado directo evita el seguro por completo. Los pacientes de Taylor aún deben tener seguro médicos para cosas como radiografías o medicaciones, pero Taylor no acepta seguros para ninguno de sus servicios.
“Puedo poner mis propias tarifas. Y no necesito contratar ningún personal para obtener reembolsos de reclamos al seguro”, dijo Taylor. “Así mis gastos generales se reducen considerablemente”.
Ella estableció una membresía de $225 por mes, la cual ella dijo que probablemente está en el extremo superior de este modelo, “pero sentí que el mercado en el que estoy podría apoyarlo. Realmente quería ofrecerle a mis pacientes citas de 60 o 90 minutos, o visitas domiciliarias, si es necesario”.
Aún hay fallos con el cuidado directo. Por un lado, Taylor no califica como guardián de atención primaria que requieren muchas HMO, por lo que es difícil derivar a sus pacientes a especialistas.
Y algunos críticos dicen que el modelo de membresías tienen un incentivo de solo tomar pacientes saludables que requieren menos cuidado, pero Taylor dijo que ella solo rechazaría a un paciente si siente que su personalidad o expectativas no coinciden con las de ella. Ella también puede decidir brindar descuentos o becas para pacientes de bajo ingreso.
“Obtenemos mucho rechazo porque las personas están diciendo, ‘oh, esto es elitista, y solo será accesible para personas que tienen dinero’”, dijo Taylor. “Pero al final, los números no cuadran. No podemos invertir tanto tiempo a ver a tantos pacientes y a documentarlos de esa manera para obtener $17 adicionales de la compañía de seguros”.
“No estás peleando con el sistema”
Las críticas vienen de otros doctores.
Paul Carlan administra Valley Medical Group, la cual tiene prácticas de atención primaria en los condados de Hampshire y Franklin. Él dice que el grupo ya no puede cumplir con la demanda de pacientes, entonces el cuidado directo y por membresía lo frustra.
“Todos contribuimos con nuestros impuestos, lo cual financia estos programas de capacitación. Entonces, en algún grado, los que practican el cuidado médico en nuestro país son un bien público”, dijo Carlan.
“Por esto, deberíamos preocuparnos cuando las personas toman decisiones sobre cómo practicar la medicina de maneras que reducen su capacidad de cumplir con ese bien al público”.
Michelle Andrews — la paciente que no siguió a su doctora con la membresía — encontró la manera de conseguir un nuevo doctor en pocos meses. Pero sigue enojada con el sistema y con los doctores con membresías.
“No estás peleando con el sistema”, dijo. “Esta es una solución alternativa al sistema”.
Esto puede ser, pero Shayne Taylor dice que no es justo culpar a los doctores por el mal funcionamiento del sistema médico.
“Es hacer algo así”, dijo Taylor, “o renunciar”.
En otras palabras, dijo que atender a solo 300 pacientes sigue siendo mejor que atender a ninguno.
Traducción para NEPM por María Aguirre